Placer de Reyes

40 Semana de Música de Cámara

Orquesta Barroca Zéfiro

Alfredo Bernardini, oboe, flauta y dirección

Obras de Haendel, Telemann y Vivaldi

Patio de Armas de El Alcázar

En los últimos años la Semana de Música de Cámara ha dedicado su primer concierto al jazz, en esta ocasión, con una programación más acorde al sentido camerístico -aunque con alguna reserva en el espectáculo de danza- se ha optado por encargar el concierto inaugural a una agrupación de reconocido prestigio como la Orquesta Barroca Zéfiro, que en una fría noche en el Patio de Armas del Alcázar calentó el ánimo del numeroso público con un sonido de gran calidez y una apasionada interpretación.

Muy acorde al espíritu refrescante que desde el propio cartel anunciador pretende asociarse al Festival de Segovia, la orquesta italiana nos deleitó el oído con un programa titulado “Las músicas del Agua”, una selección de cuatro obras íntimamente relacionadas con el medio acuático pertenecientes a tres compositores fundamentales del barroco final como Georg Friedrich Haendel, Georg Phillip Telemann y Antonio Vivaldi.

Watermusic o Música Acuática es una de las composiciones más famosas de Haendel y una de las obras más caprichosas de la historia de la música, fundamentalmente por el hecho de su creación, pues fue compuesta para amenizar un paseo del rey Jorge I de Inglaterra surcando las aguas del río Támesis. Un deseo real que nos permite disfrutar de una obra con una variedad melódica y un juego rítmico y tímbrico que en los instrumentos originales de la Orquesta Barroca Zéfiro se convierten en pura delicia. Además la interpretación reveló de manera clara un aspecto muy interesante al diferenciar los movimientos característicos ingleses como las jigas y las hornpipes, de melodismo y sonido británico, del resto de piezas con un fraseo y una ornamentación a la italiana, poniendo así más en relieve la condición haendeliana de alemán de nacimiento, italiano de formación y británico de adopción.

Telemann es uno de los músicos más fascinantes del barroco no sólo por la calidad de su ingente obra, también por su carácter detallista y su capacidad para pintar situaciones. La Wasser Ouverture en do mayor TWV55:C3 es buena prueba de ello y de nuevo la interpretación imaginativa, desenfadada, plena de matices dinámicos y profundamente expresiva, volvió a revelar la maestría del conjunto.

En La tempesta di mare RV570 de Vivaldi volvieron a apreciarse las mismas cualidades ya apuntadas, en este caso con un tono más intimista por la reducción instrumental y con el flautista Marcello Gatti encantador por la dulzura del sonido y la frescura en la articulación.

Gran música, grandes solistas, grandes músicos para convertir la velada en verdadero placer de reyes.

Luis Hidalgo Martín

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