Noche de Paz



             Mi padre amaba la Navidad...

                  Hoy hace un año mi padre partió hacia el viaje más largo.

                  Su marcha fue un huracán que todo lo muda.

            El fuego se hizo escarcha, la luz tornó oscuridad, la alegría llanto, la ilusión desesperanza y sólo el recuerdo permaneció como único rincón seguro y habitable. De pronto la vida carece de sentido, todo parece injusto, desvaído y en cualquier esquina aparece la envidia de la dicha ajena.

            Media vita in morte sumus... pero frente al dolor hay un hijo, una esposa, una madre, unos hermanos, una familia y unos amigos que con sus palabras, miradas, incluso silencios, van haciendo más llevadera la terrible ausencia. Y escurren las horas en el reloj, los días suceden a las noches, pasan las semanas, los meses y las estaciones pasan... y de nuevo llega la Navidad.

            Como una sacudida siento que he de recuperar la Navidad, pero no el 25 de diciembre, si no hoy, día 27, porque mi nueva Navidad está dedicada a rememorar todo lo que mi padre fue cultivando en mí y a evocar su presencia, tan cercana, cada día de este largo y emotivo año.

            Por eso ahora que siento que de alguna manera todos navegamos en un mismo barco, que todos tenemos a alguien profundamente querido allá, al otro lado, velando por nosotros en una eterna Noche de Paz, quiero ofreceros esta canción, con la que despedí a mi padre en su funeral y que para mí ha sido un reconstituyente bálsamo en las horas bajas, como símbolo de un abrazo con el que, de todo corazón, desearos una Feliz Navidad compartida con todos vuestros seres amados.   



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