Brisa Tropical




















28 Semana de Música Sacra de Segovia

Cámara Sacra

Flores Chaviano, director

Obras de Prats, del Valle, Moré, Catasús, Rodríguez Zelada y Chirino

Iglesia de San Juan de los Caballeros – Museo Zuloaga


Desde que en 1964 Ariel Ramírez compusiera y grabara junto al grupo Los Fronterizos su Misa Criolla, han sido numerosísimas las apariciones de nuevas producciones discográficas en las que se recogen distintas tradiciones folklóricas que sirven como base musical al texto de la misa, generalmente en lengua vernácula. La Misa Castellana, la Misa Campesína, la Misa Tango, la Mandinga, o la Rociera, son unos pocos ejemplos de este florecimiento. Pero si bien Ariel Ramírez cosechó un éxito sin precedentes que le ha llevado a ser un compositor de reconocimiento universal, no puede decirse que fuera el inventor de la idea; como el de nuestra misa castellana, hay numerosos ejemplos en la música de auténtica raíz folklórica que así lo atestiguan, y dentro del caso de la música de nueva creación, el compositor cubano Alfredo Aníbal Morales introdujo los ritmos cubanos en la celebración de la liturgia en 1963, mientras que un año después, el también cubano, Pedro J. del Valle presenta su Misa en Re en la que están presentes las formas melódicas y los ritmos propios de habanera, guajira, son, bolero y balada.

Precisamente ésta misa junto a otras piezas sacras cubanas formaron el programa que el conjunto Cámara Sacra, que dirige Flores Chaviano, ofreció en el concierto de clausura de la 28 Semana de Música Sacra de Segovia. El concierto de Sábado Santo se caracteriza siempre por proponer, con mayor o menor éxito, una alternativa a lo que habitualmente entendemos por música sacra, y sin duda que en este caso, la suave brisa tropical que perfuma la música cubana contrasta, por ejemplo, con el misticismo castellano propio de Tomás Luis de Victoria.

El buen empaste de las cuatro cantantes, el equilibrado sonido del conjunto instrumental y la dirección de Chaviano, que tantas interesantes iniciativas ha protagonizado en nuestra ciudad, permitieron que el oído se regalase con la suave cadencia melódica que dominaba todas las piezas y con algunos interesantes juegos instrumentales como los de Virgen Mambisa de Rodríguez y Zelada. Sin embargo la falta de dramatismo y carácter de la música y la brevedad del programa restaron espectacularidad al concierto que puso punto final a una Semana de Música Sacra que, pese a los recortes presupuestarios, debe seguir acercándonos año a año algunos de los más bellos sonidos sentidos y creados.


Luis Hidalgo Martín para El Norte de Castilla

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