El misterio sardo























28 Semana de Música Sacra de Segovia

Cuncordu de Orosei

Martino Corimbi, Giovanni Rosu, Francesco Sannai y Paolo Burrai, voces

Cantos sgrados de Cerdeña

Iglesia de San Juan de los Caballeros – Museo Zuloaga


El cuarto concierto de la 28 Semana de Música Sacra de Segovia supuso una magnífica oportunidad para zambullirse en las misteriosas sonoridades de los cantos sagrados de Cerdeña, lugar en el que por su condición de isla se ha conservado mejor la costumbre que en las regiones continentales. Si hace cinco años, dentro de éste mismo ciclo, pudimos disfrutar de la música de Córcega, llega ahora el turno de la antiquísima tradición musical sarda, que comparte planteamientos con aquella pero con un carácter propio que le confiere absoluta peculiaridad. Sugiere así este concierto una nueva escala de un itinerario a través de las distintas tradiciones de las islas mediterráneas que podría ser una magnífica ruta a seguir en futuras ediciones

El Cuncordu de Orosei formado por cuatro impresionantes voces masculinas dio una absoluta lección de fidelidad al hábito interpretativo sardo en un concierto en el que la fascinación no decayó en ningún momento. Aunque el predominante carácter homofónico de la música puede llegar a producir cierta impresión de estatismo, el sorprendente movimiento armónico, la sensación de precipitación que provocan los portamentos, la ornamentación libre de las distintas voces, el continuo vaivén modal, la interválica microtonal, las disonancias retardadas, la metálica tímbrica nasal o, incluso la peculiar forma de cantar en un circulo cerrado, confieren a la música una expresividad y belleza profundamente misteriosa.

El programa, finamente presentado por el cantor Martino Corimbi que combinó la dosis justa de sensibilidad y rigor, transitó fundamentalmente por cantos propios de la Semana Santa aunque no renunció a piezas para distintas festividades de la región de Orosei o de la misa de difuntos. El canto procesional del Viernes Santo Gotzos de su Nefresariu, el Kyrie de la misa de difuntos, el dramático Libera me, Domine o el Stabat Mater, propio de la procesión de Viernes Santo en Orosei, fueron algunas de las más deslumbrantes joyas de un concierto altamente emotivo que mereció una mayor asistencia de público.


Luis Hidalgo Martín para El Norte de Castilla





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