Para soñar despierto
Decir
hoy que las Variaciones Goldberg son
una de las más grandes creaciones de su autor, Johann Sebastian Bach, y por
ende de la música universal no aporta ninguna novedad, pero conviene recordarlo
porque aún hay muchos que no lo saben. Ésta podría ser la idea por la que la
Fundación don Juan de Borbón, organizadora de la 47 Semana de Música de Cámara
de Segovia, vuelve a programar en tan sólo tres años una nueva interpretación
del genial monumento sonoro bachiano. Si en la edición de 2013 Garnati Ensemble,
en una fantástica y arriesgada propuesta que podríamos definir como "revariaciones", fue el encargado de dar vida a tan singular página, en este 2016
Ignacio Prego, clavecinista que está adquiriendo una gran proyección
internacional, ha devuelto las Variaciones
a su contexto original.
Conviene llamar la atención sobre las
peculiares circunstancias de la composición de esta magnífica música, que fue
encargada a Bach por el conde ruso Keyserlingk para aliviar sus largas noches
de insomnio, escuchando a su lacayo Johann Gottlieb Goldberg, excelente
clavecinísta, compositor y antiguo alumno de Bach. Pero lo más interesante es
que no era reclamada como remedio contra el insomnio si no como entretenimiento
o estímulo intelectual ante la ausencia del sueño. No sé si Keyserlingk
encontró remedio para su mal, pero lo cierto es que prendió la chispa de la
creación de la pieza más larga y compleja en su género que nos legó el barroco.
Y si la escuchamos con atención, descubrimos que, haciendo honor a su
definición, es fuente inagotable de diversidad renovación y sorpresa,
ingredientes fundamentales del entretenimiento.
Y precisamente la búsqueda del
entretenimiento, entendido como la ausencia de lugares comunes y el afán de
renovación, definió las líneas interpretativas de Ignacio Prego. Profunda
expresividad en las variaciones más líricas, sutileza en el matiz,
ornamentación ligera y elegante, claridad expositiva en el contrapunto,
alternancia en el carácter de cada variación y un sonido de gran belleza
extraído de un formidable instrumento en lo sonoro pero no en lo visual, fueron
las señas de identidad de una gran interpretación.
Aparte de la larga media hora de
retraso del concierto por la rotura de una cuerda del clave, el público, que
llenaba la iglesia de San Juan de los Caballeros, premió con una gran ovación la
calidad artística de Ignacio Prego, a la vez que reconocía su vinculación
personal y familiar con la ciudad de Segovia.
Un emotivo Ground en do menor de Henry Purcell fue la propina con la que
Ignacio Prego cerró una bella propuesta para soñar despierto.
Luis Hidalgo Martín
47
Semana de Música de Cámara de Segovia
Las variaciones Goldberg de Johann
Sebastian Bach
Ignacio
Prego, clave
San
Juan de los Caballeros - Museo Zuloaga
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