Bach, una obsesión
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Semana de Música de Cámara
Camelot
Ensemble
Daniel
del Pino, piano
Mª
Antonia Rodríguez, flauta
Lina
Tur, violín
Alejandro
Garrido, violín y viola
Mª
Ángeles Herrero, viola
Iván
Siso, Alejandro Marías y Álvaro Llorente, violonchelos
Alberto
Román, contrabajo
Obras
de Bach, Ysaÿe, Kapustin, Popper, Varèse y Wild
San
Juan de los Caballeros - Museo Zuloaga
Finalizó la Semana de Música de Cámara con el
concierto de Camelot Ensemble en San Juan de los Caballeros. Capitaneado por el
pianista Daniel del Pino, siempre embarcado en interesantes propuestas, el
conjunto abordó un programa centrado en las influencias que Bach ejerció en los
compositores posteriores a través de un elenco de obras de gran variedad estilística
e instrumental unidas por su singular belleza.
Integrado por algunos de los más importantes
valores de la música nacional actual como la flautista Mª Antonia Rodríguez o
la violinista Lina Tur, el Camelot Ensemble enmarcó su recital con los Conciertos
de Brandemburgo nº 5 y 6 de Johann Sebastian Bach. Si en el primero, tras un
arranque dubitativo, la principal cualidad interpretativa residió en un
singular y muy detallado planteamiento dinámico de conjunto en el que
impresionaron algunos reguladores de gran amplitud, el segundo, como brillante
cierre de velada, se caracterizó por una configuración sonora de gran densidad,
debida al tono grave de los instrumentos y especialmente a la realización del
continuo en el piano, sobre la que cálidamente emergieron las aterciopeladas
violas de Mª Ángeles Herrero y Alejandro Garrido.
Como muy bien recordó Lina Tur
"para muchos Bach es Dios, para algunos, una obsesión". Bendita
obsesión los dos movimientos extremos de la Sonata
nº 2 para violín solo de Eugène Ysaÿe con ese mágico sonido de la
violinista y el carácter impreso a los arpegios de los que igual emanan ecos
del preludio de la tercera partita bachiana o del Dies irae.
El Trío Op. 86 para flauta, violonchelo y piano de Nikolai Kapustin
fue una de las interpretaciones mejor acogidas por el público. Sin duda es una
música fascinante por su brillantez y eclecticismo que fue fantásticamente
servida por los músicos en un auténtico alarde instrumental.
Los momentos más destacados en el
aspecto emocional fueron Réquiem de
David Popper, en el que los violonchelistas Iván Siso, Alejandro Marías y
Álvaro LLorente exhibieron precioso y emotivo sonido; Density 21.5 para flauta sola de Edgar Varèse, pieza breve de gran
intensidad y efecto muy bien resuelta y el bellísimo Hommage à Poulenc de Earl Wild, cristalina rearmonización
pianística de la Sarabande de la Partita 1 de Bach.
Precioso epílogo para una breve Semana
de Música de Cámara.
Luis Hidalgo Martín
(Publicado en El Norte de Castilla. sábado 25-7-2015)
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